Intercesión

  

Interceder significa literalmente “mediar o interponerse”. El intercesor es la persona que se interpone entre Dios y una persona, ya sea que necesite un favor de Dios o su juicio.

 

La iglesia tiene que tener un equilibrio, no todo es alabanza ni toda oración, tenemos que tener un equilibrio.

Las oraciones de los intercesores son más o menos así: “Padre yo sé que esta persona merece lo que está pasando por su pecado y por su rebeldía hacia ti, pero te pido que la ayudes y que no la castigues, dale otra oportunidad de conocerte y de arrepentirse, yo me pongo delante de ti para que tengas misericordia en el nombre de Jesús”

Dios busca intercesores, la Biblia nos muestra claramente que Dios está buscando intercesores para no derramar su juicio.

Ezequiel 22:23-31
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
Hijo de hombre, di a ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor.

Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio de ella.

Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos.

Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas.

Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado.

El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho.

Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.

Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor.

¿Cómo interceder? Para interceder con eficacia, necesitamos conocer dos aspectos de la
oración intercesora:

1. El primero consiste en clamar a Dios a favor de una persona, familia, ciudad o nación, o sea es hablar a Dios a favor de ellos.

2. El segundo es tomar la autoridad sobre satanás y los demonios, ordenando al enemigo que los libre de su influencia maligna, la intercesión verdadera incluye estos dos aspectos muy importantes y esenciales.

Clamar Isaías 59:4, Lam 2:19
Reprender Lucas 10:19

Tenemos que clamar y reprender a favor de la gente para quitarles la venda que les ha puesto satanás. 2 Cor. 4:3-4

Nosotros no tenemos la autoridad sobre la voluntad de las personas, pero si sobre quien los tiene segados o sea el diablo.

Muchas oraciones son solo quejas o reportes de situaciones que Dios ya conoce como por ejemplo esta: “Mi hijo es un drogadicto y ya no lo aguanto y no quiere ir a la iglesia”, “Señor hay tanta maldad en este mundo, el crimen es más ahora que en mis tiempos”, “Dios gano muy poco y no me alcanza, la leche ya subió y no tengo dinero”. Esto no es una oración efectiva, aunque en la oración nos desahogamos, no podemos quedarnos ahí, una oración de intercesión sería algo como esto:

“Mi hijo es un drogadicto y no quiere ir ni a la iglesia, pero en este momento le ordeno a todo espíritu que lo esté influenciando y a ti señor Jesús que toques su corazón , y en el nombre de Jesús que su corazón pueda ver la luz de tu palabra ”, “Señor hay tanta maldad en este mundo, el crimen es más ahora que en mis tiempos, mas sin en cambio te pido por la paz en las calles y que tu nombre también se oiga más ahora que antes!!”, “Dios gano muy poco y no me alcanza, pero te ruego que multipliques mi dinero conforme a tu promesa y te doy gracias porque  tú tienes cuidado de mí”

Debemos pedir con autoridad, recordemos que Dios nos dio autoridad, nuestra actitud tiene que ser diferente, no podemos ser intercesores pasivos, tenemos que ser violentos al interceder, ya que no puede desatarse una guerra en silencio, nunca a ocurrido así, y creo que nunca pasara.

Muchos cristianos hemos dejado pasar esta bendición de estar delante de Dios e interceder por otros, nuestra oración tiene que salir de las cuatro paredes de mi casa, no podemos estar pidiendo solamente por nosotros y dejar que el mundo entero se pierda.

Dios promete bendecir a la nación donde su nombre es invocado. 2 Crónicas 4:17

La oración es una cobertura, es como un manto que nos protege, un cristiano sin oración es como tener un teléfono muy bonito pero desconectado.
Isaías 52:1-2 Es tiempo de despertar, de vestirnos de poder, de vestirnos de ropas hermosas y de sacudirnos el polvo y soltar nuestras ataduras.
El dejar de orar es un pecado que muchos cristianos cometemos 1 Samuel 12:23

Para tener una intercesión eficaz debemos de estar libres de todo pecado que nos impida tocar el trono de la gracia.Mat. 5:23-24, Job 35:12, Jer. 11:11

La pereza es otro obstáculo que tenemos los cristianos, Isaías 64:7, muchos nos hemos acostumbrado a llevar una vida cómoda y esto nos ha llevado a la pereza espiritual, no nos levantamos a temprana orar a clamar a Dios, no tenemos la disciplina de la oración muchos cristianos hoy en día.

¿Qué nos ayuda a tener una mejor intercesión?  El ayuno es el mejor compañero de la oración, cuando combinamos ayuno y oración suceden cosas que no pasarían si no estamos en la intimidad del ayuno y la intercesión.

Muchos hombres cambiaron el rumbo de la historia por estas dos armas poderosas  .Muchos historiadores ingleses dan crédito a Juan Wesley por haber salvado a Inglaterra de una revolución sangrienta, cuando lleno el país de grupitos de oración.
La oración sin fe es un golpe al aire. 1 Cor. 9:26

Y cuando nuestra oración esta nutrida de la palabra de Dios será más eficaz, ya que cuando ignoramos la palabra de Dios estamos ajenos a su autoridad y promesas. Cuando se que lo que estoy orando es la voluntad de Dios, tengo la confianza de que Dios me contestara. 1 Jn. 5:14-15, Heb. 4:16

Tenemos que orar y humillarnos ante Dios. Joel 2:17
Dios es un Dios guerrero y por lo consiguiente nosotros también tenemos que serlo
Joel 3:9-10

1 Corintios 2:4-5 

y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Tenemos que tomar el reto de dejar de ser cristianos comunes y corrientes y empezar a ser cristianos de oración, de intercesión, tal vez nosotros no le temamos al diablo, pero a lo mejor el tampoco nos teme y ese es el problema, que hemos dejado de ser una amenaza para el reino del mal y nos hemos convertido en cristianos modernos, sin poder, sin unción, cristianos con muchas palabras pero con pocas demostraciones de poder, si queremos ser como fue el hijo de Dios, si es nuestra meta ser como fue Jesús, entonces tengo que abrazar la oración así como el la abrazo Lucas 6:12, tenemos que tomar el reto hoy, no mañana.

Juan 12:24
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.

 

Durante los últimos 20 años me he dado cuenta de una serie de iniciativas de oración con las siguientes características: 

Intensidad
La intensidad de las reuniones de oración en muchas partes de Corea y en las vigilias en Brasil 

Combatividad
La combatividad durante las reuniones en que se confronta a las huestes satánicas. Me acuerdo de una semana de oración en 1965 en Mozambique, que en aquel entonces estaba todavía bajo los portugueses. Hasta ese momento se había hecho poca obra misionera allí, pero reclamamos el país para Cristo y, en el lapso de pocas semanas, misioneros pudieron entrar. 

Variedad
La variedad de las reuniones. Hay conciertos y marchas de oración. En algunas reuniones la gente se postra, y otras levanta las manos. A veces se ora por turno, y en otras ocasiones todos oran al mismo tiempo. 

Extensión mundial
La extensión mundial de las redes de oración. Los “días para cambiar al mundo” involucran a millones en muchos países. Existe la “Fraternidad Lidia” para movilizar a las mujeres y la “Red de Ester” para hacer lo mismo entre niños. Podrían mencionarse muchas iniciativas mas. 

Especificidad
La especificidad de la oración. Se ha orado intensamente por ciertos países con resultados sorprendentes. En los últimos años, países como Nepal, Camboya, China, Rusia, Bulgaria, Albania y Etiopía se han abierto al evangelio. 

La base bíblica de la intercesión
Hay cantidad de textos en la Biblia que nos instan a la oración (1 Samuel 12:23, Salmos 2:8, Lucas 18:1 y Tesalonicenses 5:17) y muchas promesas acerca del resultado (Jeremías 33:3 y Efesios 3:20). Hans von Staden , el fundador de la Misión Dorothea en Sudáfrica y un gran hombre de oración, escribió que Dios se había comprometido tanto con la oración, que seria un milagro si no contestara. 

Gracias a lo que hizo en la cruz, Cristo nos ha convertido en un reino de sacerdotes (Romanos 5:17, 1Pedro 2:9, Apocalipsis 1:6 y 5:10). Por gracia somos identificados con Dios mismo y estamos sentados con Cristo (Efesios 2:6 y Colosenses 3:1-4), compartiendo sobre todo su ministerio de intercesión. La oración es la única actividad humana que mueve el cielo (Apocalipsis 8:4-). 

En su profundo libro titulado With Christ in the School of Prayer, Andrew Murray nos muestra como nuestras plegarias entran en la eternidad y trabajan con Dios en la extensión de su reino. No es una manera de obligar a Dios a hacer lo que no quiere, ni tampoco es algo que le permite a el manipularnos, sino que, como lo expresa Murray: 

“Esta unión perfecta y armoniosa entre la soberanía de Dios y la libertad humana constituye un misterio insondable, porque Dios trasciende todos los pensamientos. Gracias a la unión que tenemos con el Hijo, nuestras plegarias influencian hasta la vida intima de la Trinidad. Por medio del Espíritu, Dios mete lo humano dentro de su vida divina de amor, dejándose la libertad de colocar cada oración en el sitio correcto dentro de su gobierno del mundo.” 

Volvamos a lo que el Señor les enseño a sus discípulos en Juan 14:12-14: 

“De cierto os digo: El que en mi cree, las obras que yo hago, el las hará también; y aun mayores también hará; porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre lo haré.” 

¿Cuales son esas obras mayores?. Algunos piensan en milagros, echar demonios o ganar multitudes, pero todo esto Jesús lo hizo. Creo, más bien, que las obras mayores son intercesiones en el nombre reinante y exaltado de Jesús y que, por eso, inmediatamente después de reto, el Señor dio su tremenda promesa de hacer lo que pedimos en su nombre. 

El venció por medio de la cruz y nosotros, al aplicar esa victoria, venceremos también. Ojalá que pudiéramos regresar a la simple confianza de que, si pedimos, el Padre nos dará (Lucas 11:9-13). Las caminatas de oración se enfatizan mucho ahora, pero hay que recordar que la mera presencia del intercesor no aumenta la eficacia de la oración, aunque el compañerismo en la actividad si puede ayudarnos. Nuestra eficacia en la intercesión no depende de técnicas, sino de nuestra relación con Dios. Lastimosamente no se enfatizan las bases de esta relación como antes. Mencionare algunos de los fundamentos que, a mi juicio, son de mayor importancia: 

1. Saber nuestra posición en Cristo.
¡Cuan poco se predica ahora sobre la sangre preciosa de Cristo y lo que la carta a los Efesios dice acerca de nuestra posición en el! Nadie nos puede arrebatar de la mano del Padre o de Cristo (Juan 10:27-30), y mayor es el que esta en nosotros, que el que esta en el mundo(1Juan 4:4). Si acatamos la condición de permanecer en Cristo, el diablo no podrá tocarnos (1Juan 5:18-19), aunque siempre nos puede lanzar sus sugerencias como dardos de fuego (Efesios 6:16). 

En la década de los setenta hubo acontecimientos extraños en el Instituto Bíblico de la Dorothea Mission en Harare, Zimbabwe. Se despidió a un jardinero, quien puso una maldición sobre el personal en un momento en el que dos de nuestras mujeres ofendiéndose con palabras y eso dio al enemigo la oportunidad que buscaba. Ocurrieron cosas desagradables y n anoche, uno de los estudiantes despertó gritando de dolor por la quemadura de una mano que se le impuso debajo de la cobija. En la mañana se veían todavía las huellas. Los incidentes solo terminaron al superar la riña entre las mujeres por medio del arrepentimiento y la oración. 

2. Nuestra liberación en Cristo.
Al pensar en mis años de trabajo en África, donde el temor a la práctica de la brujería eran cosas normales, me sorprende cuan pocos de los que realmente se convirtieron al Señor necesitaron una liberación de demonios. Hubo ciertas
excepciones de quienes si echamos demonios en el nombre del Señor Jesús. Insistimos en que todos los que hacían profesión de fe destruyeran sus amuletos y toda medicina relacionada con la brujería (Hechos 19:18-19), además de darles un testimonio público a sus familiares y vecinos. 

Hubo un tiempo cuando en la sede de nuestra Misión, en Gran Bretaña, existía preocupación acerca del tema de la liberación. Una misionera de otra agencia, que se alojaba con nosotros, tenía profundos problemas y se acercó a mi y dijo que si que, quería una sesión de liberación, tendría que ir a otra persona, pero que estaba dispuesta a darle media hora de su tiempo para explicarle bíblicamente su posición en Cristo. Esta misionera era una candidata obvia para liberación. Su padre era alcohólico, y su hermana, gemela idéntica, procuraba embrujarla. Pero cuando ella acepto por fe su nueva posición en Cristo, se sintió libre, y meses después nos escribió con gratitud para decirnos que seguía sintiéndose liberada. Muchos buscan una liberación dramática, cuando en realidad lo que necesitan es humillarse, arrepentirse y renunciar a actitudes y cosas incorrectas
. 

3. Estar sentados con Cristo en lugares celestiales.
Muchas veces, al encontrarse en problemas , la gente suele decir: “Hay que mirar hacia arriba”. Pero yo digo: “Al contrario; hay que mirar hacia abajo”, porque nuestra verdadera vida esta escondida con Cristo en Dios (Colosenses 3:3). Estamos en el puesto de mando del universo y nuestra vida de oración se renovara si tan solo nos apropiamos de esta verdad. 

4. Conocer la voluntad de Dios.
Contar con un guía es el derecho de todo hijo de Dios (Romanos 8:14). Además, el Señor Jesús prometio que, por medio suyo, sus discípulos conocerían lo que dice y hace el Padre (Juan 15:14-15) y que el Espíritu Santo traería a nuestra memoria lo que necesitamos saber (Juan 14:26), tanto por su palabra escrita como por su presencia en nosotros (Juan 14:17). En muchas partes del mundo he retado a obreros cristianos de la siguiente manera: “Nunca hay que salir por razones negativas del sitio donde Dios nos ha colocado”. El enemigo de nuestras almas hará todo lo posible para proveer los factores negativos y convenceremos de que Dios nos esta guiando así. 

Tenemos la mente de Cristo (1Corintios 2:16) y, por consiguiente, recibimos impulsos del Espíritu Santo, pero podemos equivocarnos en esto. Por eso hay que examinar cualquier impulso a luz de las Sagradas Escrituras y estar abiertos a la corrección de nuestros familiares y colegas. Es muy difícil aconsejar a alguien que se aferra a la expresión: “El Señor me ha guiado”. 

El Señor ha prometido darnos lo que pedimos “conforme a su voluntad”(1Juan 5:14-15). Por eso es necesario profundizar en la voluntad de Dios y estar de acuerdo entre nosotros (Mateo 18:19-20). En 1990, durante una conferencia en Escocia, los representantes de Senegal nos advirtieron que, al año siguiente, los países islámicos iban a realizar una conferencia mundial en su capital para planear el fin de toda obra cristiana y la eliminación de la minorías cristianas en sus respectivos países. Acordamos orar para que se anulara tal conferencia, y recibimos la convicción de que Dios nos había oído, de modo que terminamos una alabanza gloriosa. Unos meses después, la Guerra del Golfo polarizo el mundo islámico de tal manera que se pospuso la conferencia. Cuando por fin la reunión se realizo, las divisiones eran todavía tan marcadas que muchos delegados salieron antes de terminar y poco se decidió. 

5. Usar las armas que Dios ha puesto en nuestras manos.
Separados de Dios quedamos casi indefensos delante de Satanás, pero unidos a Dios no hay razón para temerle al diablo. En Efesios 6;10-18, Pablo nos indica no solo la armadura que debemos ponernos sino las armas ofensivas, o sea, la espada del Espíritu “que es la palabra de Dios” y la oración “en el Espíritu” que debemos empuñar. Demasiados siervos de Dios se han metido tanto en la guerra espiritual, que han descuidado la armadura divina y han engrosado la lista de bajas en la lucha. 

El capitulo doce de Apocalipsis revela mucho acerca de Satanás y sus tácticas. Pero lo mas importante es que indica claramente como los “hermanos” pueden salir triunfantes en la lucha contra el (versos 10 y11): 

- Primero, por la sangre del Cordero. Por medio de su sacrificio en la cruz, Cristo ha eliminado de una vez y para siempre nuestra culpa ante la presencia de Dios, a tal grado que Satanás ya ni siquiera puede acercarse a Dios para acusarnos. Con tal de que le confesemos a Dios cualquier pecado que pueda surgir en nuestra vida, estamos completamente seguros en los brazos de Cristo.
- Segundo, por nuestro testimonio. Contra la mentira del diablo podemos, usar nuestro testimonio acerca del Señor Jesús, nuestra posición en el Amado, y Quien va a vencer. Es el Espíritu quien nos da poder para testificar y quien nos avisa, al retirar su paz del corazón, cuando algo necesita arreglarse en nuestra vida (Colosenses 3:15)
- Tercero, por nuestro compromiso hasta la muerte. Frente a las amenazas y los arreglos que propone el diablo, debemos abandonar la voluntad de Dios, sea para vida o para muerte (Filipenses 1:20). Tal actitud deja a Satanás impotente. 

6. Usar la autoridad que Dios nos ha dado.
La victoria de Cristo en la cruz sobre el pecado, la muerte y Satanás fue tan decisiva que podemos y debemos apoyarnos en esta victoria en cualquier conflicto con el enemigo. No estoy de acuerdo con el titulo del libro de Hal Lindsay: Satan is alive and well on Planet earth. El capitulo doce de Apocalipsis pone en claro que Satanás ha recibido una herida mortal, y que su derrota es irreversible. Todos los enemigos del Señor se están sometiendo a Cristo (Hebreos 10:12-13) y por la fe aseguramos la continuación del proceso (Lucas 10:17-19). 

En demasiados casos los creyentes dan la impresión de que salen para pelear contra el enemigo ellos mismos, cuando en realidad la batalla es del Señor. He presenciado sesiones de liberación en las que los que oran hacen pensar que su poder espiritual depende del volumen de su voz o de su actividad física. Me preocupa, como a muchos, que en sus reclamos vayan mas allá de la autoridad que el Señor nos ha dado y que muestren una actitud de presunción frente a los poderes satánicos. El apóstol Judas nos amonesta a mantener una actitud humilde: 

“Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con el por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra el, sino que dijo: “el Señor te reprenda”. Pero estos blasfeman de cuantas cosas no conocen” (Judas 9-10) 

Un sobre – énfasis en el ministerio de la liberación conlleva peligro. Mi señora y yo recibimos una invitación urgente para visitar uno de nuestros campos misioneros en América Latina. Una misionera, con un gran ministerio de establecer iglesias, se había metido tanto en asuntos de liberación, que afirmaba haber echado miles de demonios de pastores a través del país. Tal actividad consterno a muchos, y las conversaciones interminables con demonios, además de largas sesiones de liberación, le robaban tiempo a la predicación del evangelio. No puedo quitarme la impresión de que esta sierva se expuso a los engaños del diablo y a sus mentiras. Doreen Irvine, quien viene de un trasfondo de satanismo y brujería y que después de dedico por años a un ministerio de consejería, escribió lo siguiente: 

No hubo un dialogo largo con el demonio. No había necesidad de ello. Jesús echo a los demonios con una sola palabra: “Id” y nosotros hoy en día podemos hacer lo mismo con solo seis palabras: “Váyanse en el nombre de Jesús”. Si los endemoniados quieren ser libres y se arrepienten de sus pecados, los demonios tienen que salir en el acto. Al diablo le encantan la sesiones de liberación que duran ocho horas, y en las que los demonios juegan al escondite a fin de agotar a los cristianos, confundirlos con su conocimiento y atemorizarlos con su fuerza. 

7. Pagar el precio de ser un intercesor.
La gracia de Dios en completamente gratuita, pero si queremos ministrar esta gracia a otros, esto tiene un precio (Colosenses 1:24): morir a nuestra autosuficiencia (2Corintios 1:8-11). Tenemos que identificarnos totalmente con el objeto de nuestra intercesión así como lo hicieron Moisés (Exodo 32:32), Pablo (Romanos 9:3) y Cristo mismo (Isaias 53:12). El báculo de Elías en manos de Giezi no ayudo al hijo de la sunamita. Solo la intercesión comprometida de Elías le pudo dar vida (2 Reyes 4:29-37 ). Existe el peligro de confiar en báculos y la experiencia, en vez de una costosa dedicación hacia liberaciones verdaderas y eternas. 

Conclusión.
Calculo que actualmente entre 15 y 20 % de la población de la tierra no tiene acceso a la predicación del evangelio. De los 12.000 grupos étnicos, entre 2.000 y 2.500 todavía no han experimentado un establecimiento eficaz de iglesias dentro de su cultura. Posiblemente en unos 1.000 casos se hace muy poco para su evangelización. La tarea puede llevarse a feliz termino, pero hay un costo que implica un compromiso mayor con la intercesión, a fin de que se destruya toda barrera, sea moral, política o espiritual. ¡Que nada nos distraiga de este objetivo!

 

LAS TRES ETAPAS PRINCIPALES DE LA INTERCESIÓN

 

Cuando vemos el papel de Cristo como nuestro Gran Intercesor, encontramos tres etapas importantes en la intercesión: 

1. La identificación 
2. El sacrificio de Sí mismo 
3. El poder y la autoridad 

Un INTERCESOR es "aquél que se pone en la brecha, que ora, pide a favor de otros y también de naciones enteras". 


PRIMERA ETAPA: 
LA IDENTIFICACIÓN 

La verdadera intercesión, primero que nada requiere una identificación. Como nuestro intercesor, Cristo se identificó con nosotros, tomando El mismo la forma de carne y sangre. Él dejó Su gloria en el cielo y Su gloria con el Padre y vino a ser como uno de nosotros de tal forma que Él puede ser un Sumo Sacerdote misericordioso que siente nuestras enfermedades y por lo tanto es apto para interceder a nuestro favor. 

En nuestra intercesión, primero debemos desear identificamos con aquellos por los cuales estamos intercediendo. 
Debemos identificamos de tal manera que tomemos sus cargas sobre nosotros, que sintamos su dolor y sufrimiento y presentar sus necesidades delante del Padre como si fueran nuestras. 
No es suficiente el sólo decir, "Señor salva a los perdidos". 
Como intercesores debemos primero que nada identificarnos con la gente que está perdida a nuestro alrededor, en nuestras comunidades y ciudades. 
No hay ninguna otra forma de orar efectivamente por los perdidos, si no podemos identificarnos con ellos hasta el punto de sus necesidades. 
Lo que está pasando en la Iglesia hoy día, es que los cristianos se han separado y aislado de los perdidos. 
Debemos desear identificarnos con los alcohólicos y drogadictos, con las prostitutas, con aquellos que han sido abandonados, con los pandilleros, hasta el punto de sentir sus enfermedades, su dolor, su sufrimiento y que nuestros corazones sean movidos a tener una verdadera compasión por ellos. Es entonces cuando seremos capaces de ponemos en la brecha delante de Dios e interceder de una manera efectiva por ellos y mover la mano de Dios. 
Este tipo de identificación se manifestó en la vida de Cristo. Como nuestro Sumo Sacerdote Intercesor, El se puso en nuestro lugar. El puso nuestra naturaleza sobre Sí mismo. El aprendió a obedecer a través del sufrimiento. El fue tentado en todo. "Y, Aquél que no cometió pecado se hizo pecado por nosotros". (II Corintios 5:2 1) A través de Su intercesión por nosotros, El obtuvo Su posición de poder supremo y autoridad sobre todas las cosas. 
Un intercesor es capaz de pedir efectivamente porque El entrega su vida por otros. La intercesión no substituye el pecado. Sólo hubo un substituto para el pecado... JESUCRISTO. 
La verdadera intercesión identifica al intercesor con aquél por el que se intercede, y lo lleva a un lugar predominante con Dios. En nuestra intercesión por otros, debemos desear estar en el lugar donde ellos están. Debemos identificamos con sus necesidades y sentir sus enfermedades y así intercederemos de una forma efectiva a su favor. 


SEGUNDA ETAPA: 
EL SACRIFICIO DE SI MISMO 

Cristo, el Gran Intercesor hizo el sacrificio máximo, dando Su vida por nosotros. Jesús dijo: 

"Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos". (Juan 15:13) 

En nuestra intercesión, debemos poner nuestra propia vida como sacrificio a favor de aquellos por los que estamos orando. Debemos crucificamos y dejar a un lado nuestros propios deseos y entregarnos en sacrificio a través de la oración y el ayuno a favor de las necesidades de otros. 
Jesús dijo: "De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la Tierra y muere, queda solo; pero si muere lleva mucho fruto". (Juan 12:24) 
Solamente cuando morimos a nosotros mismos, a nuestros deseos, y nos entregamos en sacrificio a través del ayuno y la oración por los demás, el Espíritu Santo fluirá a través de nosotros para cumplir Su trabajo de intercesión. 
Uno de los ministerios principales del Espíritu Santo sobre la Tierra hoy, es la intercesión. Es el Espíritu Santo quien pone en nuestro corazón la carga por los demás y nos llama a interceder. Solamente si morimos a nosotros mismos, el Espíritu Santo fluirá con libertad e intercederá a través de nosotros. 
Hoy día hay muchos cristianos que piensan erróneamente que no son aptos o que no saben cómo interceder. La verdad es que venimos a ser intercesores por causa del Intercesor que vive en nosotros. Cuánto más morimos, y nos llenamos del Espíritu Santo, más podrá utilizamos e interceder a través de nosotros. 
Cuando llegamos al punto de someter completamente nuestras vidas, deseos, planes, pensamientos y permitimos al Espíritu Santo reinar con libertad en nuestras vidas, NO HAY ABSOLUTAMENTE NINGÚN LÍMITE en la intercesión... 

"Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”. 
(Romanos 8:26-27) 

Durante la intercesión cuanto más nos llenemos del Espíritu Santo, El orara a través de nosotros. Cuando empezamos a orar en el Espíritu en lenguas desconocidas, el Espíritu comienza a clamar e interceder con "gemidos indecibles". 
Cuando oramos en el Espíritu, en lenguas, nos estamos edificando en fe. (Judas 20) El Espíritu Santo fluye en nosotros para fortalecemos en el tiempo de necesidad. 
Cuando estamos frente a circunstancias que nos abruman en lo natural, cuando empezamos a orar en el Espíritu Santo, en lenguas, El intercede por nosotros. 

TERCER ETAPA: 
EL PODER Y LA AUTORIDAD 

A través de la intercesión de Cristo, Su identificación, Su obediencia y Su completa sumisión a la voluntad de Dios, Su propio sacrificio, Su muerte en la cruz, El obtuvo Su posición de supremo poder y autoridad sobre todas las cosas. 
Cuando morimos a nosotros mismos y permitimos que el Espíritu Santo tenga control absoluto para orar a través de nosotros con gemidos indecibles, entraremos en el terreno de poder y autoridad que nos pertenece en el Nombre de Jesús. Hemos ganado esta posición de poder espiritual a través de la intercesión en donde seremos capaces de proclamar palabras de liberación. Estamos investidos con la autoridad del Espíritu Santo; y es desde esta posición que se harán esas "mayores cosas en el Nombre de Jesús" de las cuales el Señor habló. Esta es la verdadera intercesión. 
En muchas ocasiones he estado en el frente de batalla para orar en el Espíritu por las misiones, clamando y gimiendo por las necesidades de esa nación durante horas y horas hasta sentir el poder y la unción de Dios. La batalla es ganada primeramente a través de la intercesión antes de ver la gran victoria de miles de personas aceptando a Cristo y el poder sanador a sus vidas. 
Esta posición de poder y autoridad no es algo que podemos obtener por nuestra propia fuerza. Es una posición de intercesión en la que el Espíritu Santo nos da a medida que El nos llena. El Intercesor que vive en nosotros completará Su trabajo de intercesión en la Tierra a través de nosotros mientras presentemos nuestros cuerpos como sacrificio vivo. 
En esta nueva dimensión de poder y autoridad a través de la intercesión seremos capaces de venir delante de Dios a favor de nuestras necesidades, de nuestras familias, de aquellos que amamos, de nuestras ciudades y tomar todo lo que Dios ha prometido en Su Pacto con nosotros. 

¡USTED TIENE UN LLAMADO 
SANTO Y SAGRADO! 

El papel de intercesor es un llamado santo. Así como Jesús intercedió por el mundo a través de Su vida y muerte y nos reconcilió con Dios, Su Iglesia, usted y yo, hemos sido llamados a interceder y a reconciliar al hombre con Dios. 
Por Su Espíritu usted tiene un real sacerdocio. 
El Apóstol Pedro dijo: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó a Su luz admirable". (I Pedro 2:9) 

En su papel como miembro de la "Fuerza de Ataque", Dios lo está llamando a venir delante de El y presentar las necesidades de la gente que lo rodea, creyendo que El interviene, salva, sana, libera y rompe todo yugo de esclavitud de sus vidas. 
Dios quiere que usted sea un intercesor, no sólo a través de la intercesión sino a través de su propia vida ... a través de sus acciones así como de sus palabras. 
Cuando usted interceda recuerde estas tres etapas vitales: 

- IDENTIFICACIÓN 
- SACRIFICIO DE Sí MISMO 
- PODER Y AUTORIDAD 

El tipo de intercesión al cual Dios nos está llamando, implica mirarle cara a cara, orando, clamando, llorando y gimiendo en el Espíritu. Implica consagrarnos y apartarnos para ayunar y orar esperando delante de El y no dejándolo ir hasta que la obra se haya cumplido. Requiere que nosotros nos pongamos en la brecha a favor de otros. 
Dios quiere usarlo a usted en este tiempo final para cumplir Su voluntad. Cuando nos unamos en esta nueva y poderosa dimensión de oración, veremos las respuestas a la oración como nunca.